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viernes, 7 de junio de 2013

Capítulo 23

Cuando llegué a casa me fui a mi habitación lo más rápido que pude para abrir el regalo de Álvaro. Me moría de ganas por saber de que se trataba ya que él apenas me conocía. Lo saqué del bolso y lo miré atentamente antes de abrirlo. Lo abrí poco a poco haciendo muchas suposiciones. Cuando lo vi me quedé encantada. Era un collar. La cadena era de color plata y había una medalla en la que había dibujado un autobús. Eso me recordó a como empezamos a hablar. Pensando en todo lo sucedido me di cuenta de que nunca le había regalado nada a Pablo y él a mí tampoco, a parte, no sabía casi nada sobre su vida y eso me preocupaba. De repente oí a mi madre que me llamaba. Eso me hizo volver a la realidad. Bajé corriendo las escaleras y le dije que me pusiera el collar. Me hice una coleta y me puse a ayudarla con el jardín. Estaba tan feliz de haber recibido aquel regalo, hacía que me sintiera querida, aunque no sabía como le sentaría ha Pablo lo del colgante.
A la mañana siguiente en clase empecé a contarle a las chicas todo lo ocurrido, cuando de repente se acercó Álvaro para preguntarnos algo.
- Hola, ¿sabeís si en el examen de Castellano entra literatura?
- No.- Contestamos las tres a la vez. Pero él no se marchó, seguía ahí y pude ver como mantenía  la vista en mi collar.
- Que collar más bonito, ¿ te lo han regalado?- preguntó con un tono muy alegre. No sabía a que venía la pregunta cuando fue él quien me lo había regalado, pero decidí seguirle el juego.
- Sí, me lo ha regalado una persona muy especial.- Le dije muy contenta.
- ¿ Y ya le has dado las gracias?
- ¿ Por qué no te largas?- le dijo Marta con muy mala leche. No sabía que le pasaba pero algo muy grave seguro, y todo empezó cuando volvió de Valencia. Si ella no me lo contaba se lo tendría que preguntar a Carolina.
- Bueno, eso no es de tú inconveniencia, pero no aún no. Pensaba dárselas cuando tuviera oportunidad de hablar con él.- Le dije intentado no poner cara de poker. ¿ Enserio qué no me estaba vacilando? Porque esa era la sensación que me daba
- ¿ Él?- preguntó con mucho interés.
- Sí, él. Es un chico. Y ahora puedes irte para que podamos hablar tranquilas.- Le volvió a contestar Marta. Eso si que me había sacado de mis casillas. Con mi chico no se mete nadie, dijo de repente mi yo interior. Eso hizo que me estremeciera. ¿ Por qué dije mi chico, por qué no pude decir Álvaro? Era algo que me preocupaba. Porque yo sabía que sentía atracción física hacia él, ¿ pero si había algo más?  Eso no lo sabía, ya que no podía distinguir entre un capricho y amor.
- Sí tranquila ya me voy.- Dijo enfadado. ¿ Qué esperaba que hiciera? Si tenía pensado que le defendería o que le daría las gracias delante de mis amigas por el colgante estaba loco. Era algo que no iba a hacer nunca y menos después de mi promesa a Pablo.

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