Busca lo que necesites AQUÍ:

miércoles, 8 de mayo de 2013

Capítulo 3

  Cuando me levanté la mañana siguiente vi que había aceptado mi petición de amistad y que estaba conectado. ¡¡Que ilusión!!.La niña pequeña que llevaba dentro saltaba de alegría y no sabía por que, total era solo una petición de amistad aceptada. Pero no iba a decirle nada, si quería algo que me lo dijera él, ya que no tenía nada en contra de que las mujeres fuéramos las que diéramos el primer paso, pero no quería parecer una necesitada. Porque si algo había aprendido era que a los hombres no hay que darles nada en bandeja, porque sino se cansan muy rápido de lo que tienen y van a buscar algo más complicado.
Me quede flipando, me habló. Le di las gracias a Dios por haberme escuchado.
- Hola! :)
-Hola
- ¿Cómo estás?
- ¿Bien y tú?
- Bien. ¿Esta tarde vas a la playa?
- Sí, he quedado con Carolina. ¿Por?
- Porque no le dices que no puedes quedar, es que quiero quedar contigo -Solo en decir eso, ya lo sabía todo, este quería tema conmigo. ¿Estaba preparada yo ahora?Si era lo que tanto quería por qué me daba miedo decirle que sí. Recorrieron dentro de mí un montón de dudas, no sabía que hacer.
- No puedo dejarla plantada-dije yo dudando
- Va.. mujer que me voy este domingo.
- En serio.. Uff no sé.. a ver, plantada no la puedo dejar pero puedo buscar una solución. Vale quedamos ¿A qué hora?- No sabía por qué, pero siempre me pasaba lo mismo, terminaba diciendo que si que quería hacer algo con ellos. A veces, me preguntaba si yo era la clase de chica que odiaba, una guarra. Porque si me ponía a pensar, perdí la virginidad a los 15 años y quedaba para follar con un chico, con el que solo había hablado una vez. Me daba miedo a mi misma.
-¿Qué solución? ¿A qué hora llega el bús?
-Le voy a pedir a una amiga que se venga conmigo y que se quede con Carolina aunque no se llevan muy bien pero son buenas amigas y lo harán por mi. A las 17:15
- Pues te esperaré en la parada. Adiós y ya tengo ganas de que vengas.
No sabía si lo que hacía era correcto pero me daba igual. Era ahora o nunca. Tampoco lo volvería a ver si no hacia nada, así que tenía que ir si o si, pero antes tenía que llamar a mi amiga


- Marta!
- Hola, ¿que pasa?
- Nada, ¿por qué tenía que pasar algo?
-Por nada, por nada
-¿Te vienes a la playa hoy? Es que necesito que te quedes un rato con Carolina mientras yo hago una cosa. Te lo contaré más tarde. Te veo en la parada
-Per... - Le corté antes de que dijera que no, no podía arriesgarme. Ahora solo quedaba esperar y rezar para que nada saliera mal.
Cuando fui a buscarla a su casa, para coger el bus, me miró con una cara, que decía claramente:
-¿ Ahora que has hecho? Sin dejar que me preguntara nada, me adelanté y le respondí:
- Nada, solo he quedado con un chico y quiero que te quedes un rato con Carolina, ya te lo he dicho por teléfono.
- ¿Estás segura de lo que vas a hacer?
- No, pero ya es hora de disfrutar.
- Ten cuidado vale.
Hicimos el trayecto en silencio, yo estaba de los nervios y lo último que quería era que alguien me hablara y me dijera lo que tenía o no tenía que hacer. Me puse a pensar un par de veces en los pros y en los contras de la situación y todo me decía que sí, que tenía que echarle agallas, así que respiré hondo y me preparé. Mi parada ya había llegado.
Cuando llegamos, desde la ventana del autobús pude verlo esperándome. Iba super mono con un bañador de calvin klein al más estilo surfero y una camiseta de manga corta, con un color no muy llamativo. Me encantaba. Me despedí de Marta y ella muy tonta como siempre no se le ocurrió decir otra cosa como que:
-No le deis mucho al merengue.
Como había podido decir eso, al menos Pablo no se lo tomó muy mal ya que se puso a reír. Ya estábamos solos y el corazón me iba a cien. Tenía aún un sin fin de cuestiones pero no le di importancia.
- ¿A dónde vamos?-Le pregunté, ya que no tenía ni idea de a donde me llevaba,solo esperaba que no nos pudiera ver nadie.
- A mi casa.
- ¿No habrá nadie verdad?
- No tranquila. - Me contestó. Él parecía muy relajado pero yo no lo estaba y creo que se me notaba mucho no, bastante. Nos paramos delante de unos apartamentos que no parecían estar muy lejos de la playa ya que calculé unos 10 minutos aproximadamente andando. Los apartamentos eran muy bonitos, se notaba que debía de tener dinero. Cuando vi el salón me quedé flipando. Era muy amplio, con casi todos los muebles de blanco. El suelo estaba reluciente , como recién fregado. La cocina y el comedor estaban conectados por una barra, aunque también había una mesa donde podían comer cuatro personas perfectamente. La televisión era plana, de más de 42 pulgadas seguro.
-¿Esta casa es vuestra o la habéis alquilado para pasar el verano?- pregunté muy asombrada por lo que veía, si venía a mi casa se quedaba a cuadros con los pocos lujos que tenía. Mi familia, se podía permitir algún capricho, pero no tantos como él.
- Es nuestra, mi padre la compró hace unos años y la hemos ido reformando poco a poco.- Dijo muy orgulloso de que su casa fuera así.
- Es muy bonita.¿ Tienes un perro?
- Sí, ¿por?
- No, por nada, como he visto la cesta para el perro.- En esa casa, todo tenía estilo. Hasta la cesta del perro era perfecta,sin ningún pelo. Como si fuera nueva. Era negra con huesos.
Poco a poco, se fue acercando a mí y yo me estaba poniendo cada vez más nerviosa. No podía hablar, solo tartamudear y tampoco podía controlar mis temblores. -Relájate Carol- me dije a mi misma, pero no podía. De repente, salió el perro de detrás del sofá. Era super mono, aunque me dió un susto impresionante, no me lo esperaba allí.Por suerte lo utilicé como tranquilizante, ya que me sirvió para relajarme y distraerme un poco. Por como era, yo diría que era una mezcla entre boxer y un border terrier. Era tan bonito.
De repente noté algo que me cogía por detrás. Me giré y le vi, ahí estaba él, abrazándome mientras me besaba poco a poco el cuello.-Aquello me estaba poniendo y mucho. Como no quería demostrarle que no era paraita decidí llevar las riendas de la situación- Me giré de inmediato y le besé todo lo mejor que puede. Ya estaba muy caliente y no podía parar. Lo llevé hasta la habitación más cercana sin saber de quien era, pero eso tampoco me preocupaba mucho. Lo tumbé en la cama y lo empecé a besar mientras le acariciaba el torso. Le quité su camisa lentamente observando lo que me traía y lo que veía me gustaba. Estaba descontrolada y desenfrenada. Empecé a besar su torso hasta bajar a los pezones. Me detuve y empecé a jugar con uno de ellos. Lo chupaba poco a poco y cuando veía que la cosa ya estaba lista le daba pequeños mordisquitos de lo más adorables. De repente me vi sometida a él. No se como lo había hecho pero me encontraba debajo. Ahora era toda de él. Me quitó la camisa y repitió los mismos pasos que yo le había hecho a él, pero él no se entretuvo mucho en mis pechos, sino que se bajo a mi santuario. Me quitó la braguita del bikini y empezó a besarlo, poco a poco. Ya no podía más, estaba muy caliente y fue inevitable mi reacción, me abrí para él, se lo estaba mostrando todo. Él con mucho gusto introdujo un dedo dentro de mi, mientras que con la otra mano me iba acariciando mi clítoris y produciéndome mucho más placer. Eso empezaba a darme mucho gusto y no pude evitar soltar algún que otro gemido. Si seguía tocándome así, me correría en pocos segundo. Pero él se dio cuenta de la contracción de mi vagina y empezó a mover cada vez más rápido los dedos dentro de mi. Ya no podía más iba a correrme, pero de repente vi que sacaba un preservativo y se lo puso rápidamente. Poco a poco introdujo su duro y firme pene dentro de mi. Justo como a mi me gustaba. Empezó y una y otra vez, una y otra vez. Cada vez eran más fuerte y secas. Ya no podía aguantar más y me corrí. Vi que sacaba su pene de dentro de mi y sonreía satisfecho. Habíamos tenido el orgasmo a la vez, pero yo quería otro. Por una vez que hacía algo...
Nos quedamos un rato más en esa cama tan cómoda que aún no sabía de quien era, hasta que recibí una llamada, era de Carolina. ¿Qué quería ahora esta?

1 comentario:

  1. Me gusta mucho este capítulo. Veo que has leído mucho 50 sombras, desnuda... libros de esos..eróticos jajajaj. Pero describes lo justo y se hace pesado. Sigue así!

    ResponderEliminar