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sábado, 18 de mayo de 2013

Capítulo 10

Las fiestas del pueblo, ya habían terminado y eso significaba que quedaba poco para el comienzo del instituto. Aun no había hablado en persona con Pablo, solo por teléfono o por mensajes y de esa forma no me atrevía a decirle lo que había hecho. Yo sabía que solo era un rollo de verano, pero en el fondo le había cogido mucho cariño, podría incluso decir que me enamore de él. Después de darle muchas vueltas al asunto decidí llamarle. De alguna forma se lo tenía que contar.
- Hola.
- Hola, cariño.- Me dijo. Eso me sonaba extraño, porque él nunca me había llamado así.
- Tengo que hablar contigo, pero no se como decírtelo.
- Yo también tengo que hablar contigo.- Eso me preocupó mucho, se había enterado de algo, había hecho él lo mismo... En unos segundos se me vinieron un montón de hipótesis a la mente. Cada vez estaba más nerviosa y preocupada.
- Vale,¿quien quieres que empiece?
- Empiezo yo, que ya no me lo aguanto más.- Seguro que era algo malo, no se lo podía guardar, joder.. Estaba segura de que sabía algo-.
-Dime, que pasa
- A mis padres les ha gustado tanto este sitio que han decidido matricularme en tu instituto.- Que!!, lo iba a tener en mi instituto. ¿Eso era bueno? ¿Era malo? No lo sabía, ahora se podría enterar de como soy yo y incluso pensaría de pasar de mí. No sabía si prefería tenerlo lejos o cerca.
- A que bien. Pues nos veremos más a menudo supongo.
- Y tu que me tenías que contar.
- Nada, nada... Que te he echado de menos. Una chorrada.- Mentí, no podía decirle la verdad en estos momentos, primero necesitaba hablar con mis amigas.
- Pues  a mi no me parece ninguna chorrada, que lo sepas. Me gusta que me eches de menos y más ahora que se que me quedo aquí.
- Ajajaa, lo siento pero tengo que dejarte.- Le corté cuando tuve la oportunidad, tenía que hablar con mis amigas. -Que lo cojan, que lo cojan, que lo cojan..- Nada, me saltó el buzón. Esperaría un poco más. De momento me distraería yendo a comprar, ya que mi madre llegaba cansada del trabajo.
Estaba a punto de ir a la caja cuando lo vi, -él tan guapo como siempre-. Llevaba una camiseta de manga corta básica de color salmón con unas bermudas a cuadros a juego con la camisa. Esta vez las sensaciones al verle eran distintas, antes lo veía y solamente pensaba con que chico tan guapo. Ahora cuando lo miraba pensaba en lo que hicimos aquella  noche en los cuartos de baño. No, no. No podía pensar en eso. ¿ Porque a mí,señor? -dije para mi misma y sacudí la cabeza, para quitarme aquel recuerdo-. Esperaba que no me viera. Fui a dar una vuelta grande por el supermercado, para no encontrármelo pero mis intentos fallaron. Me lo encontré de cara.
- ¿ Donde vas con tanta prisa?- Me dijo.
- A pagar y a casa, no quiero que se me derritan los helados.
- Ahh.. vale. ¿Necesitas que te ayude?- ¿Qué pretendía con eso? La respuesta era no, como podía preguntar eso.
- No gracias, puedo yo sola.
- ¿ Estás segura?
- Sí. Pero ahora que lo dices necesito hablar contigo.- Tenía que contarle muchas cosas, lo que no sabía era como hacerlo.
-¿A sí? ¿ De qué?
- De muchas cosas, si quieres hablar conmigo bien, si no puedes dejarme tranquila.
- Vale, pero dejame que te ayude con las bolsas.



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